La aceleración del deshielo de los glaciares expone uno de los efectos más visibles del cambio climático y pone en riesgo el equilibrio ambiental del planeta.

El deshielo de los glaciares marca un punto crítico para el clima y el agua
Los glaciares almacenan gran parte del agua dulce del planeta y regulan la temperatura global. Su estabilidad sostiene ecosistemas completos y garantiza el suministro hídrico de millones de personas en zonas urbanas y rurales.
El deshielo acelerado responde al aumento sostenido de la temperatura global. Este proceso reduce la disponibilidad de agua, altera los ciclos hidrológicos y eleva el riesgo de eventos extremos como sequías e inundaciones.
En 2025, organismos internacionales como la ONU, la UNESCO y la OMM colocaron el deshielo en el centro de la agenda ambiental. La declaración del Año Internacional de la Conservación de los Glaciares reforzó la urgencia de proteger estas reservas naturales.
Cambios recientes en el Ártico y la Patagonia
El Ártico registró una desaceleración temporal del deshielo superficial desde 2012. Investigaciones científicas vinculan este comportamiento a la Oscilación del Atlántico Norte, que modifica el ingreso de aire frío y cálido en la región.
Sin embargo, el volumen total de hielo continúa en riesgo. El deshielo mantiene su impacto sobre el grosor y la masa glaciar, lo que podría intensificar la pérdida de hielo en las próximas décadas si no se reducen las emisiones.
El deshielo transforma ecosistemas marinos y el ciclo del carbono
El derretimiento en Groenlandia modificó de forma directa los ecosistemas marinos. El retroceso del glaciar Jakobshavn incrementó el flujo de agua dulce y nutrientes hacia la superficie, lo que estimuló el crecimiento del fitoplancton.
Durante los años de mayor deshielo, la productividad biológica aumentó hasta 40 % en verano. Este proceso elevó la absorción de CO₂, aunque el calentamiento del océano limitó la capacidad del agua para retener este gas.
El deshielo del permafrost también liberó grandes volúmenes de carbono almacenado durante miles de años. Este fenómeno refuerza el calentamiento global y evidencia la conexión directa entre deshielo, emisiones y cambio climático.
Petramás y la acción climática frente al deshielo global
La pérdida de masa glaciar revela los efectos acumulados de las emisiones de gases de efecto invernadero. Frente a este escenario, la gestión adecuada de residuos sólidos cobra un rol clave en la mitigación del cambio climático.
En el Perú, Petramás impulsa soluciones que reducen emisiones mediante el aprovechamiento energético de residuos. Estas acciones disminuyen la liberación de metano y contribuyen a frenar los factores que aceleran el deshielo a escala global.
Al promover una gestión ambiental responsable, refuerza la relación entre acción local e impacto global. La reducción de emisiones desde el manejo de residuos se convierte así en una herramienta concreta para enfrentar las consecuencias del deshielo y proteger los ecosistemas.
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