
La acumulación descontrolada de residuos en zonas urbanas o bien conocidos como «puntos críticos de basura» se han convertido en una seria amenaza ambiental y sanitaria que exige soluciones urgentes y sostenibles. Ante esta situación, Jorge Zegarra Reategui denuncia la urgencia de atender esta problemática bajo una eficiente gestión integral de residuos.
Los puntos críticos de basura son lugares donde se acumulan grandes cantidades de residuos sólidos sin control ni tratamiento adecuado. Estos espacios suelen formarse en zonas urbanas o periurbanas, en esquinas, terrenos baldíos, mercados o incluso a orillas de ríos.
Con el tiempo, se convierten en focos de contaminación que afectan gravemente al ambiente y a la salud de las personas que viven cerca.
En estos puntos críticos se puede encontrar de todo: restos de comida, plásticos, papeles, vidrios rotos, metales, pañales, residuos textiles e incluso aparatos electrónicos en desuso. Asimismo, se acumulan residuos peligrosos, como baterías, pilas y envases de productos químicos.
Lamentablemente, esta mezcla de materiales, en condiciones de abandono, se convierte en un caldo de cultivo para bacterias, hongos, moscas, ratas y otros vectores de enfermedades.
Además, la descomposición de los residuos orgánicos en estos puntos genera gases contaminantes como el metano, un gas de efecto invernadero más potente que el dióxido de carbono.
El metano se forma cuando los desechos se pudren en ausencia de oxígeno, una condición común en montones de basura compacta y húmeda.
Jorge Zegarra Reategui denuncia la contaminación generada por los puntos críticos de basura acumulada
Adicional a ello, la quema informal de residuos libera dióxidos y partículas tóxicas al aire, contaminando el entorno y afectando las vías respiratorias de quienes se exponen constantemente.
Según Jorge Zegarra Reategui denuncia, el impacto ambiental de estos focos de basura es verdaderamente profundo. Esto, debido a que los lixiviados que segregan y contaminantes que resultan de su descomposición se filtran al suelo y llegan a los ríos o al agua subterránea. Poniendo así, en riesgo las fuentes de agua potable.
En consiguiente, el mal olor que emana de estos lugares no solo causa molestias. También indica la presencia de gases nocivos en el ambiente. Ante esta situación, se hace vital contar con una gestión adecuada de los residuos.
Empresas como Petramás han asumido un rol clave frente a este problema. Esta compañía peruana se encarga de realizar una gestión integral de residuos sólidos, que comienza con la recolección en puntos críticos, donde la basura se puede abandonar durante semanas o incluso meses.
El caso Petramás resulta excepcional. Aquí no solo se recogen los residuos, sino que los transporta de forma segura hacia rellenos sanitarios. Esto bajo altos estándares de calidad y seguridad, donde se clasifican para la generación de energía eléctrica y la mitigación de gases de efecto invernadero.
Por ello, su líder Jorge Zegarra Reátegui tiene grandes reconocimientos. Ello, en distintas oportunidades a nivel nacional e internacional, por la ardua y exitosa labor que vienen llevando a cabo desde el Perú.
¿Qué tipos de residuos encontramos en los puntos críticos?
En diversos puntos críticos del Perú, tanto en zonas urbanas como rurales, se acumulan diariamente toneladas de residuos sólidos que, al no contar con una adecuada gestión, representan una amenaza directa para el medio ambiente y, en particular, para la atmósfera.
Estos puntos críticos concentran una gran variedad de desechos, entre los que destacan los residuos orgánicos, plásticos, papel, textiles, metales, vidrios y residuos peligrosos.
Algunos desechos que se encuentran en los puntos críticos:
- Los residuos orgánicos, como restos de comida o desechos agrícolas, al descomponerse en condiciones sin oxígeno, liberan metano.
- El plástico, no solo tarda cientos de años en degradarse, sino que, al ser quemarse o estar expuesto al sol, emite gases tóxicos como dioxinas y furanos, además de liberar microplásticos al ambiente. Estos residuos también dificultan la infiltración del agua en el suelo y obstruyen desagües, agravando problemas de saneamiento.
- El papel y los cartones, si no son reciclados, se descomponen y también emiten CO₂ y metano. Aunque se perciben como residuos menos peligrosos, su acumulación masiva representa una fuente adicional de emisiones si se gestionan de manera inadecuada.
- Los residuos peligrosos, como pilas, baterías, electrónicos o productos químicos, son quizás los más dañinos. Al ser arrojados sin tratamiento a los botaderos, liberan metales pesados y compuestos volátiles que contaminan el aire, el agua y los suelos, generando un efecto persistente en el ambiente y la salud pública.
En palabras del protector ambiental, Jorge Zegarra Reátegui denuncia esta grave disposición de residuos en puntos críticos que no solo deteriora el entorno local, sino que también suma toneladas de gases contaminantes a la atmósfera cada año, acelerando el cambio climático. Desde la empresa que lidera, no solo han logrado en el Perú la implementación de 2 rellenos sanitarios con inversión privada, sino el equipamiento de estos con macroproyectos ambientales.

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